Transiciones y devenires de la cerámica de Mendoza en los años 70. Hacia la consolidación de la cerámica escultórica.
Mgter. Sergio Rosas, Lic. María Julia Godoy.
Resumen Técnico
El propósito de nuestro estudio es investigar la producción cerámica en Mendoza durante los primeros cinco años de la década del ´70. La razón fundamental por la que abordamos este período es debido a que por estos años se vislumbran cambios significativos dentro del campo cerámico.
En esta etapa se observan los logros obtenidos, fruto del fuerte impulso dado por la Escuela de Cerámica, en la impronta de la cerámica seriada producida por Colbo. Estos objetos brindan una identidad regional inédita. Sus productos no porosos, de muy baja absorción, cuya característica principal es la terminación vítrea de color marrón oscuro y sus formas de líneas depuradas, geométricas, se asocian en la utilidad práctica, sin excesos. La Escuela de la Bauhaus está presente en estos productos cuya filosofía radica en la pureza de la bella forma, libres de decoración. Las acillas con las que se la fabrica son del pedemonte mendocino, brindando al producto un fuerte carácter expresivo; se reivindica el material del que está hecho, encuentra así un reconocimiento que se extiende hasta nuestros días.
Esta fuerte influencia de la Bauhaus, introducida por el arquitecto Janello y Colette Boccara se refleja primeramente en el campo de los productos semi-industriales, y en concordancia, se hace sentir también, en el campo de la cerámica artística.
Los docentes que participaron en la creación de la Escuela de Cerámica contribuyeron a la consolidación del campo. Las primeras batallas que tuvieron que enfrentar por estos años, fue la de asignarle a la cerámica artística un cambio de estatus. Por ese entonces era considerada como arte menor y relegada a lo utilitario y funcional. Consideramos que desde 1943 hasta el año1970 fue un período dedicado al crecimiento y afianzamiento de la cerámica artística dentro del género de la escultura. En los años 70 la escultura cerámica irrumpe en el medio, se hace presente en distintos certámenes, exposiciones, bienales, y la crítica periodística le asigna un lugar privilegiado dentro del rubro de las Artes Plásticas.
Por estos años sobresalen las producciones de las docentes Dora Antonacci, Irma Freixas y Sylvia Grezzi. Cada una de ellas posee en sus obras singularidades que le son propias, pero ciertas características pertenecen al desarrollo cerámico de la región, también contienen un rasgo en común: son producciones que remiten al mundo perceptual, sensible e ideal. Sus obras se vinculan dentro de los lineamientos de la concepción clásica imperante en la época, presentan continuidad de los modelos impuestos aunque modernizada por las teorías de la composición y del color. No parece desacertada esta apreciación, Sonia Vicente nos dice:
“Trabajan el modelado de acuerdo a una figuración objetiva y dentro de ciertos encantos “barroquistas” de neta tradición europea”.[1]
La temática elegida con mayor frecuencia por las artistas es el femenino. Sus figuras incursionan lo costumbrista en vendimiadoras, maternidades o vírgenes, en ocasiones arlequines y escenas religiosas, todo ello en pequeño y mediano formato. El color acompaña la forma en claro enclave de la vanguardia Bauhaus. Pero estas guías pedagógicas impuestas, que propiciaban la idea de que las innovaciones artísticas se gestaban en Europa y eran válidas para el resto del mundo (éste era el eje del proyecto colonial de esos relatos civilizatorios), comenzaron a perder vigencia. La moda impuesta de Europa se podía usar de otro modo. En este sentido, el reconocimiento adquirido ya por la cerámica artística en los primeros años de los 70 también le permite indagar en otras búsquedas, conforma un nuevo itinerario, donde las formas, imágenes y explicaciones del Arte Moderno se asume en su dispersión, conformando la idea de un pasado artístico que podía continuarse en los nuevos contextos, y también podía armarse de maneras diferente.
En la obra producida por Elio Ortiz, en su serie “Cacharros”, encontramos esta superposición, esta mixtura. Las búsquedas formales y la temática que inicia en esta época da cuenta clara de esta intención. Buenos Aires, Europa y el sentido de pertenencia a su tierra conviven y se amalgaman en la hibridez de lo nuevo. La cerámica que crea está pletórica de evocaciones y en ellas encontramos a la madre tierra, a la infancia, al juego del niño, a la vez que nos habla de su geografía, de culturas diezmadas, de técnicas ancestrales. Revisita las imágenes del pasado pero las trae al presente. Desde ellas se establecen nuevas relaciones que no se ordenan a través del relato de la historia, sino como reminiscencias, emergencias del pasado en el presente.
El pensamiento latinoamericano ha insistido en la necesidad de conservar y proteger los valores culturales propios, sin caer en extremos reaccionarios. El tema de conservar la memoria histórica adquiere así una importancia cardinal.
Acertadamente Andrea Giunta expresa:
“Observar las obras como situadas permite considerar el momento de su irrupción, su intervención, sus efectos; éstas no son un reflejo: ellas mismas crean contextos”.[2]
En este sentido, la obra “Tutelar” es una obra emblemática dentro de la cerámica local, crea contexto. En ella confluye la sensibilidad propia de época, también la memoria, ya no como necesidad de traer el pasado para anticipar el porvenir deseado, sino como instrumento presentista, que hace surgir el pasado en el presente. Sin querer serlo, esta obra sienta precedentes de un síntoma de la época, como crítica a la Modernidad occidental, y establece una resistencia frente a la cultura impuesta, incorporando la mirada del otro postcolonial subalterno.
A nuestro entender, plantea uno de los caminos hacia la deconstrucción del paternalismo impuesto por los centros hegemónicos de poder y es por esto que se inscribe en la vertiente de la cerámica artística latinoamericana contemporánea. Nos hace “ver” y nos acerca a la idea de las búsquedas actuales. Juan Martín Prada plantea en este sentido y como alteridad:
"No será más tarea del arte, pues, la exploración de otros mundos posibles o la invención de nuevos lenguajes (quizá ambas cosas sean más o menos lo mismo) sino tematizar el cómo posicionarnos de una forma concreta en el mundo que nos ha sido dado, incluso de hablar con lo que ya se ha dicho, pensando acerca de las formas en las que se podrían flexibilizar y hacer más permeables las estructuras organizativas y políticas, y más sutiles y profundas las prácticas comunicativas. El arte ya no tendrá entre sus fines el invitarnos a vivir –aunque sea en la fulguración de una mirada– en otros mundos imaginados, sino en promover formas de la alteridad en este mundo en el que vivimos”.[3]
Tutelar, luego su serie, se anticipa y se inscribe en los debates posmodernos y en el pensamiento crítico postcolonial. Su serie se posiciona en el discurso del momento y reafirma la reivindicación propuesta por Homi Babba:
“… Las semillas de la comunidad alternativa germinan en la proximidad de la cultura localista, su hibridez y su resistencia a la estructuración binaria de las jerarquías sociales”.[4]
La búsqueda de Elio delimita sin dudas un hito dentro de las artes cerámicas que se gestan en los años 70. La exploración iniciada proporcionará contribuciones importantes al periodo e influenciará las búsquedas posteriores de otros artistas, irrumpirá en el medio, se adelantará como una producción inédita, fértil en vistas a nuevos amaneceres posibles.
[1]Ortiz; Elio. Los pioneros de la Cerámica Mendocina Moderna (1900-1950), SECYT, Mendoza, 2005.
[2]Giunta; Andrea. ¿Cuándo empieza el arte contemporáneo?, Fundación ArteBA, Buenos Aires, 2014.
[3] Prada; Juan Martín.Otro tiempo para el arte. Cuestiones y comentarios sobre el arte actual, Ed. Sendemá,Valencia, 2012
[4]Bhabha, Homi. The Location of Culture.Ed.Routledge, Londres, 1994.
Transiciones y devenires de la cerámica de Mendoza en los años 70. Hacia la consolidación de la cerámica escultórica.
Mgter. Sergio Rosas, Lic. María Julia Godoy.
Transiciones y devenires de la cerámica artística en Mendoza en los años 1970-1975. En: Mendoza y su arte en la década de los ´70. Primer quinquenio. Cuadernos de Historia del arte. ISBN: 9789507742958. Año 2016.