​Intento encuadrar mi obra en el conjunto de artistas que buscan producir arte a partir de nuevos modos e instrumentos. Una de estas líneas, se propone buscar estos procedimientos en el campo de la investigación artística. En ese marco persigo algunos objetivos bien concretos. Por una parte me interesa hacer algo con el inmenso  campo de material, información, y por qué no decirlo, de fascinación por  las  tradiciones visuales andinas, por supuesto, re-significadas desde la obligada referencia a la mirada moderna, construida desde Torres García hasta la Piedra Abstracta de Paternosto.  Una segunda línea de trabajo es la observación de los productos de las culturas populares urbanas latinoamericanas, dado que  el aspecto contemporáneo, vivo y creativo de las mismas, en cuanto siguen proveyendo estrategias de resistencia, supervivencia, sentido y valor a la vida cotidiana.   Todo esto anudado a una cierta extemporánea preocupación por la etnohistoria. Estas reflexiones,  y espero que puedan ser leídas así, cierran  el  ciclo de los santos, ya sean nuevos o viejos. Algunas de estos aportes quedan como énfasis en mi “reflexión “ posterior, pero ahora me interesa fuertemente una temática novedosa, al menos en nuestro  contexto regional, como es el arte gay y el derecho a  la diferencia.