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LA CERÁMICA MATINAL DE SERGIO ROSAS
Oscar Zalazar, Octubre de 2001
.Mientras los grises nos ponían frente a un mundo acabado, acá un mundo abigarrado de colores nos da la impresión de estar viviendo los inicios, la alborada, no el acabamiento de una época;sino de estar ante un filosofar crítico..., desenmascarador y, en última instancia, constructivo y, por eso mismo matinal".
Arturo A. ROIG. Rostro y Filosofía de América Latina.
Sergio Rosas es un ceramista y un artista latinoamericano. Ambas afirmaciones requieren hoy de precisiones. En primer lugar hay que superar la antinomia, ya demasiado tradicionalista, del ceramista artesano versus la reproducción técnica, hoy Rosas, al utilizar libremente la investigación y la experimentación excede las falsas dicotomías. Su trabajo supone una profunda reflexión de las ideas estéticas, el repertorio poético, las tradiciones visuales e iconográficas disponibles y nuestros particulares modos de ver y de apreciar el arte. Con sus imágenes, prodigiosas, de gran densidad significativa, nos coloca ante una forma de producir un arte que da que pensar.
Si tenemos en cuenta, tal como lo repite Fermín Fevre ,casi llegando a la manía y la melancolía, que vivimos en una época donde la creatividad artística casi sólo se limita al pastiche, la remake y la falta de conciencia artística. Su propuesta resulta altamente saludable. Hoy más que nunca necesitamos un arte matinal, que sin olvidar el pasado nos indique las tareas del porvenir.
Si su obra resulta de una praxis experimental y planificada que, a diferencia de otras acciones puntuales, está cargada de contenido, pues parte de una reflexión teórica y cultural. Esto no impide que el artista brinde objetos cuya lectura no es posible si partimos de los convencionales “ritos” de apreciación estética. Su obra es plural en cuanto puede ser soporte de muchas lecturas. Y creo que esta es la clave de su inscripción en la ya rica tradición de arte latinoamericano.
El arte europeo ha vuelto de alguna manera al pasado, pero como lo quiere Baudrillard, con la intención de volver al tiempo de la ilusión. ¿Pero a causa de qué motivo o razón es preferible semejante retorno? ¿Cómo volver al arte, cuando todavía no había caído en la modernidad?. ¿Por qué querer restaurar ese mundo y no más bien dejarlo en el pasado? Sobre todo cuando nos advierte que:
"No hay que entregarse a la superstición moderna de la liberación, a las formas, a las figuras no se las libera, por el contrario se les encadena"
La obra de Rosas es latinoamericana y por lo tanto antibaudrillerana, pues saca otras conclusiones, ella misma se construye sobre esa pasión iconoclasta moderna, pues esa iconoclastía hoy no consiste en destruir las imágenes, más bien consiste en fabricar imágenes, imágenes que no persigan meras consecuencias estético ilusionista, sino caminos de liberación. Por esta razón es un artista que produce dentro del ámbito de la cultura popular urbana latinoamericana. Que no pinta gris sobre gris, sino “con abigarrados colores”, su escultura, sus objetos, sus murales, son efectivamente matinales.
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